La primera evidencia de organización fue cuando se instauró el Imperio Carlótico (1987-1990) en las inmediaciones del hoy extinto Parque Jóvito Villalba. Allí, 5 leyendas vivientes con su nombre de pila "Carlos" iniciaron un movimiento político-expansionista de carácter nominal asociado a un antídoto de sociedades confusas y de bajo perfil que pululaban por esta ciudad consumida por cánceres y enemas incurables.
El Imperio Carlótico contaba con una división político-territorial (a su vez en “Imperios”) y con un mapa oficial. Disuelta dicha monarquía por razones que no vienen al caso, de manera inconsciente los miembros sobrevivientes se reagruparon en las instalaciones del hoy Tamayo Bar para gestar las roturas.
Y no es si no en 1996 aproximadamente que se les revela a través de apariciones energéticas atribuidas a Paracelso, que se reconoce como tal la existencia del Tamayo Bar como organización agrupada (inútil por demás).
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